Los masajes tienen un efecto relajante para la mujer durante el embarazo y ayudan a aliviar la tensión acumulada durante la gestación y a soportar los cambios que experimenta el cuerpo de la mujer, como pueden ser los dolores lumbares, pélvicos, hinchazón de piernas, fatiga… También permiten disfrutar de un tiempo de tranquilidad para sí misma, que revitaliza en el plano psicológico y emocional y dota de nuevas fuerzas para afrontar el resto del embarazo.
Tipos de masaje que se pueden realizar durante el embarazo:
masaje terapéutico
este tipo de tratamiento está orientado al alivio de algunos de los dolores más frecuentes, como los provocados por las contracturas musculares o dolores más intensos en la zona lumbar, que se puede extender al resto de la pierna (como la conocida ciática del embarazo producida por el movimiento que sufre la pelvis por el peso del feto). El masaje en las zonas afectadas alivia el dolor y ayuda a reducir la tensión muscular.
masaje circulatorio
se puede realizar desde el cuarto mes de embarazo para activar la circulación de la mujer embarazada y prevenir, de ese modo, problemas relacionados con la retención de líquidos.
masaje relajante
el estrés o ansiedad que afecta a muchas mujeres durante la gestación puede eliminarse o, al menos, disminuirse con un masaje que ayude a relajar el cuerpo y la mente de la futura madre; en especial cuando se disfruta en un ambiente tranquilo y acogedor. La mujer puede recibir bien un masaje corporal general que incluya distintas zonas.
drenaje linfático
esta técnica de masaje está indicada para las mujeres embarazadas que padecen un exceso de retención de líquidos durante la gestación. Los especialistas lo recomiendan en las últimas fases del embarazo, cuando los síntomas de hinchazón (que se producen, en especial, en los pies y los tobillos) resultan muy incómodos e incluso impiden mantener la actividad habitual diaria. El drenaje consiste en masajear las zonas afectadas para encauzar el líquido retenido hacia el torrente sanguíneo y, así, facilitar su eliminación por vías naturales.
IMPORTANTE: La mujer embarazada puede recibir distintos tipos de masajes en función de sus necesidades terapéuticas o de relajación. Son aconsejables a partir del segundo trimestre como medida de prevención para evitar los riesgos que se asocian a la primera etapa más delicada de la gestación. Consultar con el ginecólogo la conveniencia de recibir un masaje. Él, mejor que nadie, puede valorar las circunstancias específicas de la mujer y determinar si existe algún riesgo.